EL SECRETO DEL DIRECTOR DE COMPRAS
Había sido una semana especialmente dura para todo el equipo. Las auditorías de fábricas se habían ido sucediendo con la exactitud de un reloj suizo (… avión, fábrica, hotel, avión, fábrica, hotel …) Aquel viernes noche, aislados por el temporal que había cancelado nuestro vuelo de vuelta a casa, tirados en un hotel de aeropuerto, sin saber ni el día, ni la hora a la que podríamos despegar, todos teníamos las pilas … bajo mínimos. Sólo Avi, nuestro experto agente comercial, curtido en mil negociaciones, parecía estar fresco como una lechuga. Según él, sus capacidades de negociación inagotables le venían de sus ancestros judíos, las llevaba en la sangre. Con la misma naturalidad con la que lucía su prominente nariz y su don para hacerse entender en cualquier idioma. En torno al crepitar de la chimenea, mientras la tormenta azotaba en el exterior, todos parecíamos resguardarnos en nuestras tazas calientes de infusiones o cafés, buscando las fuerzas para recuperar el ánimo.